La Competencia en compasión
La compasión es reconocida como una obligación profesional y un derecho del paciente (Baguley et al., 2020). Por un lado, proporcionar cuidados basados en la compasión ha demostrado beneficios en pacientes como: mayor satisfacción con la atención sanitaria, reducción de la ansiedad, mayor tolerancia al dolor, mejor respuesta al estrés (Baguley et al., 2020; Sinclair et al., 2020; Sinclair, Kondejewski, et al., 2021; Smith et al., 2017), disminución de los síntomas y mejora de la calidad de vida (Sinclair et al., 2021). Por otro lado, los beneficios de aplicar la compasión para los profesionales sanitarios son: mejor relación profesional-paciente (Sinclair et al., 2020; Smith et al., 2017), aumento del bienestar y satisfacción laboral (Sinclair et al., 2016; Sinclair, et al., 2021). Además, la compasión es relacionada con: reducción de costes sanitarios (Sinclair et al., 2021), menor ausentismo, disminución de las demandas por negligencia y de los errores médicos (Trzeciak et al., 2017).
A pesar de los beneficios que aportan los cuidados compasivos (Sinclair, Kondejewski, et al., 2021), el estudio de la compasión se ha visto obstaculizado por una escasez de herramientas de medición (Gu et al., 2017; Strauss et al., 2016). Las herramientas disponibles son escasas, y se diferencian para profesionales sanitarios y pacientes (Sinclair et al., 2022). La ausencia de una definición clara y de herramientas psicométricas adecuadas han dificultado el estudio y el uso de intervenciones basadas en la compasión (Kirby et al., 2022).
El desarrollo de la Escala de Capacidad Compasiva en profesionales sanitarios se realizó teniendo en cuenta las fases descritas por McCoach et al. (2013). En primer lugar, para la elaboración del cuestionario piloto se revisó la literatura científica disponible sobre el tema, centrándonos en la definición y las dimensiones de la compasión: motivación, presencia, humanidad compartida, compromiso y bondad hacia uno mismo o autocompasión.
La Escala de Capacidad Compasiva ha demostrado ha demostrado tener unas buenas propiedades psicométricas en relación con la fiabilidad, la estabilidad temporal, la legibilidad, así como la validez de contenido, criterio y constructo. El análisis factorial mostró que existían tres subdimensiones de la escala: autocompasión, mindfulness y motivación/compromiso.
Por otro lado, esta escala está diseñada para medir las Capacidades Compasivas de los profesionales sanitarios. Especialmente para comprobar si los diferentes programas que se han ido desarrollando en los últimos años, como el Entrenamiento para el Cultivo de la Compasión (CCT) (Jinpa & Weiss, 2013); la Autocompasión Mindfulness (MSC) (Kristin D. Neff & Germer, 2013); la Autocompasión para Comunidades Sanitarias (SCHC) (Kristin D. Neff et al., 2020); la Meditación de la Compasión (CM), y la Meditación de la Bondad Amorosa (LKM) (Amutio-Kareaga et al., 2017) [AO1] realmente aumentan las capacidades de los profesionales para gestionar el sufrimiento de las personas a las que atienden y el suyo propio, haciendo más sostenible la práctica asistencial en escenarios complejos.